Buscar en un mar de dudas alguna certeza y ahogarte dentro porque los corazones se te quedan en mitad de la garganta y no puedes respirar con claridad, como la que tiena la luna cuando está llena.
Regirte por el orden del caos, que es quien gobierna el mundo, más allá de precipicios inscritos e inscritos en bordes de vasos vacios de ganas de odiar.
No te puedes esconder de lo que sientes, por mucho que huyas de todo, al final, sin que puedas hacer nada para evitarlo, encontrará la salida y te llenará la boca de lás lágrimas que te tragaste antes de que quisieran salir. Llorar a lágrima viva, llorarlo todo y llorarlo bien. Por muy oculto que esté ese lado oscuro del corazón, siempre habrá algún astronauta en paro, que quiera adentrarse en su profudida para descubrir tus más brillantes y escondidos secretos, que te hacen ser quien eres.