Se pone falda, cuenta historias y bebe una copa de vino a media tarde. Nada queda claro, todo espera un fin sin principio. En el parque los columpios se oxidan. Las monedas que salen de detrás de las orejas no duran eternamente. Hay aviones de papel y barcos, de cascaras de nuez. Lápices sin punta y cristales sin espejo. Elefantes, tigres y leones. Monos colgando de una rama y remos colgados del techo. Coches corriendo, volando sin rumbo aparente. Dejando una marca en la arena de una playa, desde lo alto de un monte. Sin lluvia, detrás de la esquina.
De mi, para tu, firmado: Yo.