Cada loco, con su idioma

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Buenos días, buenas tarde, buenas noches

muajajaj (; diviertete

lunes, 30 de septiembre de 2013

Siempre voy detrás del error.

Si quieres te cuento porque te quiero
y si quieres cuento porque no
 
 
 
El negro en la nieve es un blanco perfecto, con un cartel luminoso que te grita 'aquí estoy' (yo sin ti). Pueden pasar días, semanas y meses si me apuras, entre la primera taza hasta que se rompe el asa. A veces, hasta años. Pero se rompe. Se cae la leche y te tienes que poner zapatillas inevitablemente, te guste o no, porque puede que te cortes. Las avispas, se posar en el borde de las papeleras y la hormigas, hacen filas de cientos, miles o millones de ellas, cuando se cambian de casa, cuando llueve y construyen sus fortalezas, para evitar que se pierda todo lo que han estado guardando desde hace meses, años igual, las más antiguas de por allí, pero ya.

sábado, 28 de septiembre de 2013

Subir de dos en dos las escaleras.

Un melón, con pezón de sandía.

El amor se crea en el cerebro, con las endorfinas como flechas de Cupido.

Vamos a soplar la raya del amanecer porque estás esperando un tren. Un tren que te llevará muy lejos. Tú sabes dónde quieres que este tren te lleve, pero no sabes dónde te llevará aunque en el momento que subes, eso deja de tener importancia, pues el traqueteo araña los párpados y los hace caer sin verguenza ni pereza. 

Juegate un polvo al trivial del amor, tu piensa que si eres un poco constante, puede que lo consigas o no. Pero vamos, que yo te animo. A llegar a una habitación y apagar la luz, llegar a tientas hasta la cama, pasar la mano por el borde, hasta llegar al otro lado. Quitar de allí en medio la almohada y subir la rodilla al tiempo que te vas quitando las zapatillas, que casi caen solas por gravedad, y allí está lo que esperabas, una nota con tres palabras y un olor que te haría girar la cabeza entre una arabunta en cualquier punto del planeta. Un beso por atrás y el espacio de una firma que no había, ni hubo, ni habrá. 

viernes, 27 de septiembre de 2013

¿Yo también?

Pero todo el mundo tiene una razón. Para andar sin mirar al que pasa a tu lado, para olvidar el paraguas en un bar y volver cinco meses después a mirar a los que caminan por el cristal. O dentro de una caja que guardamos celosos en casa, para que no se arrugue. Tender, los títeres porque eso nunca funfuna, o se funde o fulmina, ya no se porque decia esto. Pero creo que no estoy deacuerdo con que las moscas vuelen. ¿ Por qué ellas si y yo no? No vale. Yo soy más grande. El Do-domingo, iremos juntos a una isla a cambiar el pan por ser, algo más necesario que los sentimientos.

lunes, 23 de septiembre de 2013

Que llevarás puesto hoy..

Porque si, porque los prejuicios me sudan la vena, la grande. Cuando quieres volar, más allá de esta mierda. Y querer estar un poquito más allá, ven acá. Menos bien que mal, más regular que mal. Bebidas sin hielo, cartera sin pena, temiendo la llegada de la luz del sol cada vez que sale de tarde. Cuando te pones (cachondo) los cascos, el resto no te importa nada y menos. Era tan t(l)o(c)nta, que casi no me creía que supiera volver a llegar, hasta la fiesta de donde la saque hace un par de horas, casi diría que arrastras. No me arrastro me decía, susurraba cada vez que se acercaba en la esquina que yo paraba para comprobar que nadie seguía mis pasos o sus tacones tartamudos apoyados sobre mi hombro con mi mano en su cintura, y las suyas, tan pequeñas que me entraban las dos en una, caían como péndulos, delante de sus caderas, insinuantes, diciéndome que parase a mirar. Los ojos ya miraba otra realidad, pero sus labios, estaban todavía pegados a los míos, a mi garganta con  su lengua un poco dentro de mi oído, mientras yo le comía la oreja. No se dejaba dominar, pero llevarla a la oscuridad era más fácil que pensarlo o planearlo mientras la miré desde la barra del bar. Ella en el centro con su pelo suelo y las ganas pintadas en la cara, de salir a ganar, un trofeo, esta noche por lo menos.

domingo, 22 de septiembre de 2013

No m(t)e quiero marchitar.

Lo siento, luengo pienso en lo que siento, y si quiero no hay más. Ni mentiras ni lamentos, ni suicidas ni más cuentos que te digan quiero más. Hasta luego, ya te veo entre otros vientos, entre flores al podar, los arbustos del aquel sueño que quisimos recortar. Es Otoño, con mayúsculas, las flores recién secas, las hojas amarillentas y a puntito de besar, con sus dedos diminutos el suelo que se hiela, en unos meses por la noche y resbala. Que te quiere ver de cerca, que se acerca sin pensar, o pensando en lo que hay luego y que no se quiere alejar. No hay sentido si sientes, con sentimientos, los sentidos de(l) (amor) la paz. Entre ellos y nosotros.  A una llamada de(l) teléfono que no usamos ni para mirar el reloj. Hasta el próximo verano majo. Que en septiembre, se caen las hojas a ojos incrédulos que intentan aguantar el frio, entre castañas, mientras les castañean los dientes y mienten, diciendo que el frío no existe, aunque esté más dentro que el más profundo de sus pensamientos. Pero cuidadín, que como el frío enfría el deseo, lo más cuerdo, es encender un fuego.

sábado, 21 de septiembre de 2013

A besos me apeteces, a tragos me haces falta.

Hoy y ayer, la luna se equivocó de hora para salir, y ella no tiene escusa, porque tampoco tiene boca. No puede salir cuando quiera, sin pedir perdón ni permiso, como si todos la esperasen durante días, semanas incluso. Solo es un montón de polvo. Escondido bajo miles, cientos, millones de camas con personas asustadas, eufóricas, jadeantes, hambrientas u olvidadas que solo quieren esperar un poco más. Tener el poder de alargar el tiempo, acortarlo, acelerarlo hasta lo imposible para conseguir lo que se proponen cuando pisan el suelo cada mañana. Los charcos o la tierra seca del camino cuando buscan encontrar una señal que no estaba la última vez que pas(e)aron por allí ( acompañados) algunos dirán, que la vida es injusta, que el pan que se enfría en la tostadora, dentro de ella me refiero. Es algo que hay que tirar inevitablemente, pero las gallinas, picotean pan duro, mojado en agua. Pitas, pitas, potas a las botas de piratas perdidos entre piedras sin ningún valor añadido.