Si quieres te cuento porque te quiero
y si quieres cuento porque no
El negro en la nieve es un blanco perfecto, con un cartel luminoso que te grita 'aquí estoy' (yo sin ti). Pueden pasar días, semanas y meses si me apuras, entre la primera taza hasta que se rompe el asa. A veces, hasta años. Pero se rompe. Se cae la leche y te tienes que poner zapatillas inevitablemente, te guste o no, porque puede que te cortes. Las avispas, se posar en el borde de las papeleras y la hormigas, hacen filas de cientos, miles o millones de ellas, cuando se cambian de casa, cuando llueve y construyen sus fortalezas, para evitar que se pierda todo lo que han estado guardando desde hace meses, años igual, las más antiguas de por allí, pero ya.
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