Amigos del planeta azul, dejad de comer el tiempo por los ojos, las agujas se mueven, pero vosotros necesitáis un impulso. Queréis llegar a la luna, pero lo máximo que alargáis la manos es hasta la mesa para alcanzar el mando de un aparato que os enseña constantemente la vida de cientos de personas irreales que viven, de mentira, la vida por la que soñáis al despertaros por la mañana. No dejes de soñar cuando suena ese molesto pi-pi-pi del móvil que tienes más cerca de lo que deberías mientras duerme lejos de la que querrías que estuviera al otro lado del colchón.
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