Si durmieras conmigo domirían menos tristes las palmas de mis manos, me levantaría a las cinco y te bailaría el viento, comeríamos entre fotos de corazones violentos que cosen espadas en sabanas de seda, para presos sin prisa. Con pastillas contra el miedo en noches de ruidos sin gente que me pregunta por tí y me hace ponerme triste al recordar tu olvido que dormita en mis ideas sin pies en mi cabeza. Núnca olvides que la verdad, esa que habita en nuestros corazones, se largas de timba, los sabados por la noche, tirando las copas el dinero entre sombras y durmiendo en portales de perros sin dueño. Para voler los domingos con cara de odio y tirarse en (la) tu cama a soñar los sueños(que tuvísteis juntos el viernes antes de cambiaros por la alegria comprimida en unas cuantas horas).
Llevale el desayuno a la cama y tírale el zumo por (idiota)encima.
viernes, 17 de febrero de 2012
En mi sofá sigue quedando tiempo libre.
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