La cultura es lo que nos queda después de olvidarlo todo.Cuando nos dejamos influir por los sonidos de los ríos y el viento que se cuela entre ideas de suicidio. Dormir mirando el cielo y salir corriendo por miedo, cantando del susto de perder recuerdos, matar neuronas volar el viento. Desconectar del mundo por odiar las tonterias que vuelan entre lengua de fuego que se olvidan en los charcos de mentiras que se aceptan aunque no te gusten. De la vida sonar. No te dejes embaucar. Permitete el lujo de viajar al universo sentado, con la manta alrededor de la lumbre, que es una palabra tan color hogar, marron, crema, calor de fuego en casa con todos. El libro de tapas gastadas, viejo de usarse, pero nuevo en el tiempo, nave de viajes extra unviersales que te llevan a olvidar el repiqueteo de las gotas que lloran en tu ventana. Amarillo, sol; azul, cielo; verde, árbol; rojo, fuego; blanco, nube; negro, noche.
Y si en vez de planear tanto empezamos a volar un poco más alto, podríamos cumplir los sueños que guardamos en cajas de zapatos de cuando no llegabamos a diez años, escondidas con recortes y fotos, trocitos de momentos que creemos imborrables y escondemos por miedo a que se pierdan en la inmensidad del tiempo(la memoria del olvido)
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