ºº Puede que te odie más, jamás te querré menos.Quizas se me olvide tu nombre, pero mañana volveré a correr, por las calles de Madrid.
Respira, inspira. Mira su cara pálida, seca de vida, cansada de lluvias. Sentada en el sillón de su casa del pueblo, demasiado grande para su vida sola y que hace años que quedaba pequeña porque rebosaba magia negra de la mano de la bruja buena que se vio obligada y mudarse al lado oscuro del sofa que no usabais del desvan. Al ritmo de las nubes a la puerta de la moto que te espera con ganas de comerse el mundo, de hacer lo impensable y buscando ojos complices que le tirasen los problemas por la ventana y guardarse los secretos en su caja particular de Pandora, que enrealidad se llamaba Lola. La que se queda por las mañanas haceiando la comida para sus invitados que nunca llegan a la hora. Tomando chocolate con la serñora Pots y creyendose la reina de una fiesta llena de fantasmas olvidados en su propio olvido. Vestidos de blanco, sin joyas, ni lujos, señores sin puros, señoras sin faldas, con zapatillas de andar por casa arrastrando los pies, sin bolso y los ojos desnudos(de vida y sueños,) rellenos de muerte. Din, don. Se acaba la fiesta. -Señora, sus pastillas, es hora de cenar, deje la taza sobre la mesa. Su amiga ya se marchó-. La enfermera le guiña un ojo a la señora Pots y se lleva a Lola al comedor con los demás.
Tic, tac, tic, tac....-Los relojes esperan la hora del té de las brujas del este-
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