Los libros tienen que pesar, porque el mundo entero está encerrado en ellos, las memorias de los que vivieron hace solo un pañado de siglos que se recrean en nuestra memoria cuando leemos lo que ellos escribireon sin pensar que llegaria más lejos de lo que pudieron imaginar jamás, pero que todos anhelaban casi seguro, pasa ahora y tampoco hemos evolocionado demasiado, y tampoco nos duele reconoerlo, no nos quita el sueño ni la mentira que es más grande que la casa en la que vivimos con la gente a la que no le contamos nada de lo que nos sucede y pensamos aunque estemos codo con codo. Es mejor quejarse decir que no te gusta lo que tienes y no hacer nada para cambiarlo, pero tranqui tron, con la calma que esto no va a ninguna parte.
Creo, amor de (su) alma, que este noche me iré bailando a casa, esta conversacion se va por la carretera que no lleva a ninguna parte y la prisa me pisa los talones, descalzo porque perdí los zapatos.
Ya hablaremos otro día, aunque no creo que sea una buena idea, casi mejor, te sueño algún día y asi no tenemos que saludarnos.
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