Los sentidos sienten sin miedo: tocan los ojos, miran las bocas, gritan los dedos.
Corro descalza, sueño contigo. Pinto tu boca, sueño despierta. Canto y desafino, mientras por la noche, sueño sin miedo. Las tardes son largas, las noches no llegan, el imsomnio me desvela, el sol me acosa y la luna espia detrás de las estrellas cada movimiento. Llueven cristales de tormenta azules, que caen del mar. Rien libres por el cielo, los pececillos de colores encerrados en sus jaulas de cristal. Muerdo rizos, aleatoramente alternados con las uñas, para saciar la sed de cosas raras, tomo del jugo de las flores para clamar mi llanto.
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