Coser todos los rotos de tus alas de papel. Despertar todas las noches y buscarte aunque no estés. Esa idea que te come las entrañas, que se queda en tu mirada. El papel doblado en la toalla. Las ideas que se escapan y te dejan recordar, todo aquella que pretendes olvidar.
Las miradas sin su dueño, las sonrisas sin un sueño. Las historias todavía sin final.
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