Es exasperante, las mujeres nos pasamos el día obsesionadas pensando que ha podido pasar y los hombres dicen: Ah genial¡ y pasan a la siguiente.
-Miras tanto hacia el pasado que deberías ponerte retrovisores-
Ya vino el lunes otra vez a decirnos que nos hemos vuelto a pasar... Para decirnos que valió de excederse con bebida, con risotadas, con caricias y tortazos. Para que digamos hasta pronto a las bebías enfriadas, los licores de sabores, las meriendas sin sentidos. A las mujeres les gustan los relojes de bolsillo, las sonrisas con interferencias de miradas encendidas, de pequeños estornudos. Y es que cuantas más palabras inventamos más difícil nos resulta definir las cosas. Nos pasamos media vida enfrente de una pantalla, y otra media entre comer dormir tirarse al primero que pasa, soñar despiertos, dormidos, besar en al gua, en el desierto, los cines, el salón de su casa. Lloramos, pedimos mas de lo que tenemos, podemos permitirnos. Tiramos el dinero en cosas absurdas que si se queman nadie sabrá que estuvieron allí antes.
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