Las llamadas que ni llegan a tiempo, ni se miden los sueños. Suelen ser las que buscamos al otro lado del espejo, que es donde tenemos que mirar para encontrarnos a nosotros mismos. No hay tesoros, ni joyas o regales de historias brillantes que salen de estaciones mugrientas los lunes por la mañana, cuando sólo ves nubes grises desde la ventana. A veces somos demasiado exigentes con los domingos. Ellos hacen lo que pueden e incluso. Se convierten en lunes o jueves, según el estado de animo de los consumidores.
El barco que robamos, no tenia dinero suficiente dentro como para viajar. A la luna, nos vamos en sueños, te veo allí en un par de horas, de un beso a tu estrella de mi parte comandante.
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