Parece ser que está de moda, pero igual solo es que me imagino que los pensamientos se comen a las mentiras que se escapan de la boca, por la noches, en días oscuros que te acompañan en el desayuno y te esposan las muñecas. Después de un par de gotas de sangre, estas desaparecen, ya tienes la marca, no necesitan estár más por allí para recordarte que tu vida pertenece a gente que tu nisiqueira conoces, o crees conocer. Un colibrí que vuela de la cocina al baño, se pinta de verde y negro. Un oso panda, que se quedó sin sus manchas, es un extraño intruso en medio de la pecera.
Los libros nos tienen escaleras infinitas y luego cortan las alas, no dejan en el tejado con un cartel que dice ' Salta' y nos ponen un ascensor para volver a bajar y empezar de nuevo.
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