Aunque no me escuches cuando te pienso, estoy al otro lado del lienzo en el que tu vecina te pinta mientras estás tan dentro de tu mundo que no me ves cuando llamo al portal y me pierdo de camino al cielo, (que hay entre la luna y el infierno. En el que invento un par de historias con leones y serpientes, luchando con la memoria de otras vidas compartidas entre hojas de esas ramas de aquel árbol que se acuerda de tus besos cuando nieva y vuelvo andando) Y de repente, el sol se apaga y el tren se marcha.
No te olvides de trancar la puerta cuando salgas, me acaba de llegar un mensaje, para que vaya a donar sangre.
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